Existen melodias que merecen un auténtico ritual. Esto es; unos buenos cascos, una luz tenue, anaranjada a ser posible, y unas varitas de Nag Champa. Sólo por citar alguno de ellos.
Os aseguro un viaje por los sentidos*
Y ahora me voy a la Lisboa de Pessoa, la de los tranvías amarillos y los cafés con fado. La de los restaurantes decimonónicos y las farolas color ocre.
Existen lugares que uno nunca debería perderse y suelen ser lo mismos a los que uno siempre desea volver.
Traere una post[al]
*La calidad de sonido del video es francamente mala, quizá las emociones se vean resentidas. Escuchar el original en el reproductor es...ay.
jueves, 12 de febrero de 2009
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2 comentarios:
Cuidado con esa tierra, q embruja y luego no sabes lo que has hecho...te lo digo yo..
Pásalo bien, besus
Embrujada me tiene, si. Y siempre vuelvo con ese áire de nostalgia que fluye por sus calles. Grandes momentos "melancohólicos" tengo yo en Lisboa. Y grandes...vale vale xD
Supongo que también habrás visitado Sintra.
Boas noites ;)
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