sábado, 10 de octubre de 2009
Venice Beach. Santa Monica, 1968
Así empiezan los conciertos y las revoluciones, levantando un brazo, liberando en el primer acorde sueños y energía. Y así empieza, con esa pose que parece de danza, con ese pelo que se contonea en el aire, con esa espalda sin el corte del sujetador, una de las fotografías más famosas de la historia norteamericana. La fecha y el lugar son ya una novela: Venice Beach, Santa Monica, 1968, la tierra de los beats y de los hippies. Aquí han dado sus primeros pasos los Doors de Jim Morrison y aquí, en uno de los veranos más calientes del siglo, Dennis Stock retrató a los nuevos pioneros de la cultura estadounidense, como si la conquista del Oeste y la fiebre del oro en California no hubieran terminado nunca. En el escenario de un concierto de rock, miles de jóvenes se dan cita para cambiar el mundo y reafirmar su derecho a vivir una personalísima, pacífica, tolerante y sexualmente libre versión del American Dream. Hay sitio para todos en esta playa, que no parece ser la última, sino la primera de una nueva época. Para Dennis Stock, desde siempre sensible a los agudos del individualismo, musicales y cinematográficos, es un momento de felicidad. Después de los retratos a los grandes del jazz, después del homenaje a las estrellas de Hollywood, de Marilyn a Audrey Hepburn, después de la amistad con James Dean y aquellas imágenes que retratan al divo en el plató de su infancia, en el campo, y solo por las calles de Nueva York, el fotógrafo siente en el aire, en ese viento que desgreña el pelo de la muchacha, la llegada de una nueva era; una era de emancipación, libertad y cambio. Y la hace suya.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario