Durante tres días del mes de Agosto de 1969, a pesar de las lluvias, el barro y las instalaciones insuficientes, más de 400.000 personas se abarrotaron en un encuentro que pasaría a la historia. Woodstock se convirtió en el icono de una generación de norteamericanos hastiada de las guerras y que pregonaba la paz y el amor como forma de vida (paz y amor aliñados, por otra parte) y mostraban su rechazo al sistema.
Quizá, y solo digo quizá, todo tiempo pasado fue mejor.
Y ahora, fumemos, ¡coño!
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