lunes, 22 de junio de 2009

La hirviente Lousiana

El calor sofocante me despierta. Abro los ojos despacio y mis párpados vuelven a caer pesados. Los entreabro, veo difuso un ventilador de aspas de madera que cuelga del techo. Da vueltas sin cesar, atravesando los rayos del un Sol sentado en el atardecer. Mueve el aire y desordena cada uno de tus lunares que salieron de mi boca hace apenas unas horas. Sigo los círculos que trazan las aspas con mi dedo y voy contando vueltas. Una, dos, tres, cuatro... Una melodía se cuela por debajo de la puerta de la habitación, te imagino balanceándote en el columpio del porche con el vestido de lino a cuadros rojos y blancos. Huele a limón recién cortado, estoy segura que de un momento a otro vas a aparecer con una jarra fría de limonada recién hecha. Imagino que estamos en Kentucky. Bendita imaginación la mía. En realidad, estamos en Lousiana, en la misma donde Paul Newman y Joanne Woodward rodaron "El largo y cálido verano".

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